Inducción Miofascial
La Inducción Miofascial es un concepto terapéutico (perteneciente a la Terapia Manual) dirigido a restablecer la función del sistema fascial.
Vamos a empezar hablando de la fascia, ese tejido tan importante en nuestro organismo y a la vez tan desconocido. La fascia es un tejido fino, elástico y a la vez resistente que recubre y conecta todos nuestros músculos, órganos, vasos sanguíneos y nervios. Este sistema fascial forma una ininterrumpida red que conecta todos los componentes de nuestro cuerpo. Este sistema fascial debe encontrarse en equilibrio para que nuestro cuerpo pueda realizar correctamente sus tareas; de lo contrario, la presencia de restricciones en este tejido afectará a la correcta función corporal y es probable que produzca dolor.
La alteración en el movimiento de la fascia, llamada “disfunción miofascial”, puede ser provocada por múltiples factores, como la falta de ejercicio, malas posturas mantenidas, estrés, cicatrices, envejecimiento, dieta inadecuada…
La disfunción miofascial mantenida en el tiempo nos lleva a un círculo vicioso de tensión y espasmo muscular, produciendo dolor y una alteración en el movimiento. El objetivo de la Inducción Miofascial es restablecer la correcta movilidad de la fascia, para así conseguir una disminución del dolor y una recuperación de la función corporal.
Esta terapia consiste en una serie de técnicas basadas en movimientos y presiones sobre diferentes estructuras corporales para lograr eliminar las restricciones de la fascia y equilibrar su función.
Como mencionamos anteriormente, la fascia es un tejido contínuo, por lo cual, una restricción local del sistema miofascial puede provocar reacciones a distancia, es decir, que podemos tener un dolor en una determinada parte del cuerpo y sin embargo la lesión primaria estar localizada a distancia de la zona dolorida. Por eso, con la técnicas de Inducción Miofascial no solo vamos a tratar la zona que al paciente le duele, si no que trataremos también otras zonas donde el movimiento de la fascia no es el adecuado. En los uĺtimos años varios estudios han demostrado que la alteración de la movilidad y elasticidad de la fascia están detrás de numerosos casos de dolores crónicos y fibromialgias.